Único "Diccionario de Señas Básicas Salvadoreñas" de 1987, realizado como un aporte a la divulgación de la lengua y la cultura Sorda de El Salvador, que pretendía aunar criterios para que la población de personas Sordas pueda encontrar una mejor forma de comunicación entre sí y con el resto del mundo que les rodea. El diccionario fue fruto del trabajo de la Asociación Salvadoreña de Sordos (A.S.S.) llevado a cabo entre los años 1987 a 1991, con la asesoría de la doctora canadiense Candance Bannerman, y el aporte económico de Lic. Juan José Solorzano, Rossina Duch, Federación Sueca de Sordos, Taca International Airlines, Cigarregía Morazán y Floristería Tamira. La investigación se realizó en las personas Sordas mayores de 30 años consideradas menos influenciadas por la lengua de señas de Estados Unidos, y que conservaban más las señas salvadoreñas.
